Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra

Nuestra Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra comienza en la provincia de Lugo, donde los ríos de Miño, Sil y Cabe forman paisajes verdaderamente sorprendentes. Tanto es así que representa uno de los parajes más apreciados por los turistas que visitan esta parte de España.

Aunque la Ribeira Sacra está en Lugo, muchas compañías de tours la incluyen en paseos amplios que parte desde Orense en Galicia. Además, la ciudad de Monte Lemos es también muy bello lugar para pasar unos días y de allí arrancar el paseo por los puntos altos de avistamientos.

Comencemos, pero antes Descubre nuestros prismáticos para miradores.

Este paseo, es para los amantes de las montañas y las temperaturas medias o bajas. Los que gustan de playas y climas más tropicales no pueden dejar de ver nuestra Red de miradores de las islas Canarias, donde los paisajes de mar y selvas tropicales se funden con el azul del cielo y las nubes blancas como el algodón.

Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra

Uno de los paisajes fluviales y de montañas y riscos más magníficos de España (y de Europa) es la Ribeira Sacra.

Se trata de un escenario natural en extremo impresionante y forma parte de un paisaje típico de la región gallega. Hacer una ruta por estos parajes es la mejor forma de desconectarse, respirar aire puro, conocer el impresionante entorno y pasar unas horas maravillosas.

Acompáñanos y tendrás toda la información  para planificar tu recorrido. ¿Empezamos?

1.- Mirador Do Duque

El mirador del Duque es uno de los más conocidos y visitados de la Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra. Nos ofrece una vista única del río Sil También es posible ver el embarcadero y el impresionante muelle cavado en la roca de los de Ponte do Sil o Doade.

Si eres amante del senderismo puedes partir de allí (si llegas en embarcación) y subir por el cañón en miles de caminos que llevan al mirador que tiene una altura de unos 400 metros.

Es el único mirador que tiene Monforte de Lemos y que da sobre el Cañón del Sil. Desde su altura puedes ver los viñedos impresionantes de Amandi (además del embarcadero) y las poblaciones de Castro Caldelas y A Teixeira que están al otro lado del río.

2.- Mirador de Balcóns de Madrid

Este ofrece unas imágenes maravillosas del Río Sil. Por un lado, las laderas rocosas y áridas por el frío y la roca escarpada que no ofrece suficiente sustrato para las plantas.

Por el otro, la maravillosa naturaleza al otro extremo del río. Hay varios accesos de ruta de senderos y su vista límpida hace que no podamos excluirlo del recorrido de Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra.

Ofrece excelentes vistas de los viñedos y las montañas con su verdor y las nubes en la cima. Se encuentra también a una altura de cerca de 400 metros partiendo del nivel del río. Su nombre hace referencia al castro o población amurallada de O Castelo que antaño se alzaba en este promontorio.

En este caso, a diferencia del anterior al cual se puede llegar en coche o por el embarcadero, hay que recorrer cerca de un kilómetro por un camino de tierra para llegar a la cima y ver lo que el paisaje te tiene reservado.

Para seguir la Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra, Descubre nuestros prismáticos para miradores.

3.- Mirador de Souto Chao

Este mirador es para los amantes del vino y de recorrido por los viñedos. Pero, tiene la peculiaridad de ser cultivos en empinadas laderas que forman el cañón del río Sil. Por el significado para la zona deben estar en la Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra.

Tienes que visitar el mirador de Souto Chao porque podrás disfrutar de paisajes naturales y sembradíos que conviven en total armonía natural.

En este mirador no solo se ven los viñedos, también se les rinde homenaje. Es su balcón de piedras y balaustrada de madera, se encuentra el monumento enorme del Carreteiro, erigido como reconocimiento a la labor manual de los vendimiadores locales, quienes trabajan duramente subiendo y bajando las empinadas laderas y de una manera muy artesanal.

Para un paisaje diametralmente opuesto de playas de arena volcánica echa un ojo a los Miradores de la isla de Madeira.

4.- Mirador de A Cividade

Siguiendo la vía del Mirador de Souto Chao nos encontramos con el no menos impresionante mirador de A Cividade. Este sitio destaca por su enorme plataforma construida por el hombre en la saliente de la montaña.

Tiene unos 30 metros de largo por casi 7 de ancho y está a 4 metros sobre el acantilado. Por su salida hacia el aire parece sobrevolar el vacío. Demás está decir que pese a estar en nuestra Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra, no es apto para los que padecen de vértigo.

El balcón construido en el mirador inauguró en 2012 y es una obra de la arquitecta y artista Isabel Aguirre. Su suelo está hecho de pino nórdico con una base de acero corten. Esta mezcla de madera y óxido logra una mayor integración paisajística.

Proporciona una de las más bellas vistas de la Ribeira Sacra y es, sin duda, el mejor lugar para contemplar el atardecer que baña al río Sil  de luces naranjas y ocres.

Si eres amante de los paisajes de montaña y ríos, revisa nuestra Ruta por los miradores de las Arribes del Duero.

5.- Mirador de Vilouxe

El siguiente en la Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra  es el mirador de Vilouxe es el más sorprendente y fastuoso del cañón labrado por el río del Sil. Es totalmente virgen (non hay edificación alguna) y se halla situado frente al meandro del Coto das Boedas. Desde allí podrás admirar a toda la Ribeira Sacra.

Puedes temblar al sentarte en la gran piedra del mirador, pero si temes a las alturas, no lo hagas porque estamos hablando de 700 metros de altura sobre el río y la verticalidad de las vistas da vértigos hasta al más valiente.

Puedes tomarte todo el tiempo que desees para contemplar el paisaje y si caminas poco menos de un kilómetro desde el mirador verás la capilla del pueblo de Vilouxe.

Por su enorme belleza natural y el contacto directo con la naturaleza ocupa un sitio privilegiado en la Ruta por los miradores de la Ribeira Sacra.

Foto: Mirador de Balcóns de Madrid por Paloma Robles Blanco.