Macrofotografía de una Hembra de Araneus pallidus adulta.

RELOJ, NO MARQUES LAS HORAS. La marca del tiempo, inexorable movimiento de sus manecillas. Llega el momento, a término, después del duro trabajo llega el descanso. En mi caso, afortunadamente, el de mi jubilación. En el caso de esta Araneus pallidus, Penélope, el de su desaparición después de cumplir con dos años de vida y haberse reproducido elaborando una ooteca en lugar protegido. En primavera emergerán sus descendientes, tan bonitos como ella. Era, preciosa. Badajoz, diciembre de 2017.