Cascada de la Calavera en el Río Borosa, con el frío de invierno. Sierra de Segura, Jaén

De las muchas veces que he estado aquí nunca había ido en Diciembre. Los días son cortos y sin luz, y si piensas hacer la ruta completa hasta las lagunas sin madrugar, mejor te lo piensas dos veces, pues se te echará la noche encima. Salí el mismo día desde Granada y siendo fiesta tienes que soportar que el tráfico es denso incluso en la montaña, muy demandada en estas fechas. Esta vez tenía pensado adentrarme por el río Truchas o Arroyo de las Agraceas, el primer tributario del Borosa conforme remontas, sólo 200 m. y una pared que impide avanzar. El Charco de la Cuna, la Cerrada de Elías y la Cascada de la Calavera, el final de mi trayecto, pues incluso bajando tardé dos horas en llegar al aparcamiento. No obstante, casi 300 km. en coche y más de 15 a pie. Ni qué decir que llegué a casa de noche cerrada y con la visión de un cielo rojo como hacía tiempo que no recordaba, a más de 1000 m. de altura sobre el valle del Guadalquivir con cientos de nubes lenticulares perdiéndose en la lejanía. Un espectáculo indescriptible.