Obligaciones del Guía de Naturaleza en Parques Nacionales y Espacios Protegidos

La labor de un Guía de Naturaleza siempre es importante, pero más aún si cabe en los casos en los que su trabajo se desempeña en Parques Nacionales y Espacios Protegidos. En estos ámbitos su responsabilidad es mayor, por lo que es conveniente conocer bien sus obligaciones básicas como monitor.

El primer punto importante es que un Guía de Naturaleza siempre debe respetar y cumplir a rajatabla la normativa medioambiental que se aplica a los espacios naturales. De igual forma, tiene que asegurarse de que todas las personas que lo acompañan así lo hagan. 

Cada comunidad autónoma tiene normas e instrucciones reguladoras del uso de los bienes que integran el patrimonio natural y etnográfico, y un buen monitor está en la obligación de conocerlas para adecuar sus actividades a dichas directrices. Además, las diferentes medidas de gestión y conservación de los Espacios Protegidos deben ser transmitidas a todos los visitantes, tarea que corre a cargo del guía. No se trata de comunicar al grupo la normativa vigente, sino de sensibilizar a los usuarios ante los posibles impactos derivados de la intervención humana en este tipo de entornos tan especiales en los que las consecuencias a corto, medio y largo plazo pueden ser decisivas.

Otra de las obligaciones del Guía de Naturaleza en Parques Nacionales y Espacios Protegidos es explicar a los visitantes los diferentes tipos de aprovechamiento de los recursos naturales disponibles en el lugar, siempre desde un punto de vista responsable con el desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. El grupo debe conocer tanto las diferentes posibilidades de uso lúdico, deportivo, educativo, recreativo, turístico, económico y científico del espacio en cuestión, como las directrices a seguir para que estas perduren en el tiempo. La obligación de que esta información llegue al grupo recae en el orientador que los guía.

Para ello el monitor se basará en los principios de la interpretación y la educación ambiental con el fin de transmitir mensajes que promuevan actitudes positivas hacia el Espacio Natural, a la vez que despiertan el interés por los valores del área geográfica. Incluso es recomendable que el guía trate de implicar a los usuarios en las diversas campañas de sensibilización, participación o conservación que se vayan a llevar a cago en la zona, como pueden ser por ejemplo las actividades de reforestación, distribución de nidales o tareas de limpieza, entre otras. Obviamente el instructor tendría que ser el primero en comprometerse con las tareas de divulgación y conservación de la naturaleza participando en charlas, conferencias y actos similares. 

El amplio conocimiento sobre el Espacio Protegido o Parque Nacional que se le presupone al Guía de Naturaleza le permite desarrollar programas y proyectos formativos específicos que, si bien no entran dentro de sus obligaciones, sí es muy aconsejable que las lleve a cabo. Hay que tener en cuenta que estas actividades pueden afectar directamente al futuro del entorno, por lo que es recomendable que el monitor desarrolle tareas estratégicas de información y educación ambiental para promover la conservación del medio ambiente.

Para finalizar, es importante recordar la obligación del Guía de Naturaleza de abstenerse de intervenir en operaciones de compraventa que se puedan efectuar durante el recorrido, como la adquisición de productos locales, regalos o cualquier otro tipo de transacción. Su trabajo tiene que estar completamente al margen de este tipo de actividades, en las que no debe participar ni siquiera de forma indirecta recomendando, estimulando o mediando en ellas. 

Si un Guía de Naturaleza que trabaja en un Espacio Natural cumple todas estas obligaciones básicas su labor será muy provechosa tanto para los usuarios del parque, como para la conservación del mismo.

Fotografía: Itziar.