Los Guías de Naturaleza. Una profesión fascinante

Ser Guía de Naturaleza es una profesión fascinante que requiere una combinación de habilidades, conocimientos y pasión por la naturaleza. Son educadores ambientales, facilitadores de recursos y expertos intérpretes que trabajan en Parques Nacionales y Espacios Protegidos. Su labor es esencial para la conservación de la biodiversidad y la educación del público sobre el valor y la importancia de la naturaleza.

Los Guías de Naturaleza tienen principalmente el perfil de educadores. En este rol su responsabilidad es lograr que los ciudadanos se involucren cada vez más en actividades para enfrentar la problemática ambiental con un único fin: promover un modelo social más sostenible.

Para cambiar el comportamiento de las personas y desarrollar su sensibilidad hacia el medio ambiente, los Guías de Naturaleza pueden utilizar distintas metodologías transmitiendo mensajes de manera activa y participativa, utilizando el entorno inmediato para exponer problemas reales y concretos.

Además, un buen Guía de Naturaleza debe ser un excelente facilitador de recursos. Para ello, debe tener pleno conocimiento de los recursos disponibles en su entorno para optimizarlos y exprimirlos al máximo para facilitárselos a los visitantes. Durante la visita, debe estar en la capacidad de ofrecer indicaciones a los visitantes sobre los puntos de interés del lugar y saber transmitir los posibles riesgos y peligros a lo que se exponen.

En cuanto a su papel como intérprete, los Guías de Naturaleza deben adaptar su discurso a cada tipo de público: adultos, niños, jóvenes, etc., y utilizar sus dinámicas recreativas en función de las características psicológicas de cada grupo para un mejor entendimiento.

En su rol como intérprete, un Guía de Naturaleza debe proporcionar información veraz y relevante, estructurada de manera simple cuyo lenguaje sea comprensible y fácil de asimilar. En este sentido,  los mensajes más importantes serán los primeros en facilitar, dejando para el final un mensaje importante que puedan recordar más fácilmente, y en el ínterin, estimular la participación del grupo mediante frases interrogativas y el propio debate.

El papel de un Guía de Naturaleza es esencial para educar a los visitantes para el buen cuidado del medio ambiente. Sobre todo cuando las normas para este propósito no se encuentran bien informadas en todos los Parques Nacionales o Espacios Protegidos.

Por lo tanto, un Guía de Naturaleza debe cumplir a cabalidad las normas básicas de conducta y tener una actuación intachable que le permita educar dando el mejor ejemplo.

Algunas de estas normas incluyen evitar prácticas que desencadenen procesos erosivos, no introducir o diseminar especies que atenten contra el equilibro del ecosistema, no arrojar basura fuera de los contenedores, no llevar a cabo actividades que puedan originar fuego, controlar el ruido y los ladridos de perros, en caso que éstos formen parte del grupo.

En Parques Nacionales y Espacios Protegidos, un Guía de Naturaleza tiene la obligación de respetar y cumplir a rajatabla la normativa medioambiental, conocer las normas e instrucciones reguladoras del uso de los bienes que integran el patrimonio natural y etnográfico, así como transmitir las diferentes medidas de gestión y conservación de los Espacios Protegidos a los visitantes.

Un buen Guía de Naturaleza también debe saber explicar cómo sacarle provecho a los recursos naturales disponibles, desarrollar programas y proyectos formativos específicos y estratégicos para promover la conservación del medio ambiente, y por último, debe abstenerse de comprar, vender o regalar productos locales, directa o indirectamente durante el recorrido.

Si tomamos en cuenta el cumplimiento del decálogo del buen Guía de Naturaleza, éste incluye principios de cómo ayudar a las personas a descubrir los valores naturales del entorno para incrementar su conciencia ambiental. Entre otros, es responsabilidad del guía hacer que el recorrido mantenga un matiz interesante, educativo y agradable, pero también de imponer reglas y establecer límites o acuerdos de interés común que no se perciban como sanciones.  

En caso de no dominar algún tema, un buen guía de Naturaleza debe estar preparado para encontrar las respuestas correctas ante cualquier consulta o duda que surja. Deberá resaltar los problemas ambientales presentes en el lugar sin tratar de ocultarlos, tampoco deberá participar en ninguna actividad ajena a sus competencias.

Al cumplir un papel tan importante como educadores, los Guías de Naturaleza deben utilizar estrategias didácticas para transmitir sus conocimientos de manera efectiva a cada grupo de visitantes.

De hecho, las visitas a los entornos naturales son el recurso más habitual de estos trabajadores, así como los itinerarios. Por lo tanto, técnicas de observación, debates y juegos de estimulación cognitiva resultan elementos útiles para potenciar el aprendizaje.

Además, el uso de instrumentos prismáticos y telescopios, así como medios audiovisuales pueden ser útiles para mejorar la experiencia del grupo. Los Guías de Naturaleza deben ser observadores y capaces de transmitir de manera efectiva sus conocimientos, además de ser sociables y empáticos con los integrantes del grupo. También deben tener habilidades de liderazgo para establecer una relación cercana con cada participante sin dejar de estar al mando en todo momento.

Los guías deben tener también habilidades y conocimientos sobre interpretación del patrimonio y estar física y psicológicamente preparados para realizar todos los recorridos. Es importante que un guía sepa transmitir siempre seguridad y confianza al grupo de visitantes, y mostrar pasión por el trabajo.

Por lo tanto, un buen Guía de Naturaleza debe ser un experto en su campo y un comunicador efectivo, un líder seguro y empático y una persona apasionada por su trabajo.

En cuanto a las tareas que deben cumplir los Guías de Naturaleza se pueden dividir en tres campos: evaluación inicial, evaluación y proceso y planificación y diseño.

• En la evaluación inicial, el guía está encargado de dar la bienvenida a los grupos y preparar el itinerario, decidir la ruta y diseñar recursos complementarios. El guía deberá entonces adaptar su estilo de comunicación a las características de cada grupo y explicar los contenidos del espacio natural a los visitantes.
• En el ámbito de la evaluación y proceso, la tarea como educador, intérprete y facilitador le permite al guía coordinar y facilitar todos los recursos necesarios para el itinerario, evaluar la consecución de los objetivos y analizar los resultados de su trabajo para optimizar los recursos y minimizar el impacto ambiental.
• En la planificación y el diseño, el guía participa en el diseño de programas y recursos, colabora en la creación de planes de acción específicos para zonas y grupos particulares, recopila datos e instrumentos de evaluación, analiza e interpreta los resultados y determina los cambios e innovaciones necesarios.

Por otra parte, las cualificaciones requeridas para convertirse en Guía de Naturaleza varían entre las distintas comunidades autónomas de España. En grandes rasgos se dividen las regiones en tres grupos: las que exigen un título técnico deportivo, las que exigen un título de guía de turismo y las que especifican un título o certificado profesional determinado.

No obstante, son necesarios algunos requisitos comunes para esta profesión, como formación en primeros auxilios y certificado de monitor de ocio y tiempo libre.

En general, ser Guía de Naturaleza es una profesión fascinante, pero es preciso investigar los requisitos en tu región específica para determinar las calificaciones necesarias. Además, seguir el decálogo de una guía de buena naturaleza y el código de conducta ambiental es fundamental para ejercer esta profesión.

¿Qué titulación es necesaria para ser Guía de Naturaleza?

El Guía de Naturaleza como educador ambiental

El Guía de Naturaleza como intérprete

Fotografía: por Cormenzana Tours