El Guía de Naturaleza como intérprete
08/03/2023 | Guías de Naturaleza
por Mikel
Un buen Guía de Naturaleza tiene que llevar a cabo diversas funciones como informar, interpretar, educar o facilitar recursos. En este artículo concretamente nos vamos a centrar en su papel como intérprete.
El monitor de naturaleza debe transmitir la información de manera atractiva adaptando el discurso a las características del público, ya que no es lo mismo, por ejemplo, dirigirse a un grupo de adultos o a uno formado por niños. En consecuencia, debe presentar el relato de forma atractiva para los intereses de los oyentes.
Una vez determinadas las singularidades de los visitantes, el monitor tiene que utilizar recursos de motivación inicial acordes a la naturaleza psicológica y edad del grupo en cuestión. Es importante que la información que ofrezca sea veraz, relevante y fácil de asimilar. Si el discurso es denso la gente dejará de prestar atención. Por ello, el mensaje debe estar estructurado en bloques simples y es conveniente utilizar siempre un lenguaje comprensible, es decir, evitar tecnicismos innecesarios que puedan provocar que el público no llegue a comprender lo que se le está explicando.
Asimismo, es muy relevante el orden del discurso. Es importante ofrecer los mensajes más importantes al comienzo del relato, dejando los secundarios o detalles para después. No obstante, es un recurso bastante interesante guardarse algún mensaje significativo para el final del recorrido. De esta forma, la probabilidad de que los oyentes se acuerden de esta información una vez finalizada la visita es mayor. En definitiva, el mensaje que se deje para el final debe ser la conclusión que el orientador quiera que el público recuerde.
También es recomendable que el Guía de Naturaleza utilice con frecuencia frases interrogativas para estimular la participación del grupo. De esta forma los visitantes se desinhiben y pueden aportar sus propias ideas. La intervención de los usuarios en los recorridos, siempre en su justa medida, es muy positiva, ya que promueve respuestas y explicaciones originales que aportan creatividad al discurso del monitor. Por todo ello, es recomendable que el orientador estimule el debate y la puesta en común de diferentes puntos de vista.
Con el fin de presentar la información de forma atractiva, es aconsejable fomentar el sentido del humor. Siempre es más agradable escuchar un relato que, en ocasiones, nos haga reír. No obstante, el monitor debe dosificar este recurso, ya que no es bueno abusar de él porque, por ejemplo, podría hacerle perder la autoridad necesaria para liderar el grupo. Otra técnica interesante es el suspense, para dar emoción a lo que se está contando. Asimismo, puede ser de gran ayuda utilizar metáforas o ejemplos que los oyentes conozcan para que estos entiendan mejor las explicaciones.
Como intérprete, es apropiado que el Guía de Naturaleza ponga de manifiesto la transformación del entorno. Los descubrimientos y cambios vividos en el lugar deben ser analizados y transmitidos al grupo. Con ese objetivo, el monitor debe observar y localizar puntos de interés que muestren la conexión entre el pasado y el presente del lugar, narrando las alteraciones y variaciones que se han vivido en el mismo.
En relación con el punto anterior, el guía tiene que estimular la percepción de la realidad. Los visitantes no solamente deben oír las explicaciones del orientador, como si fueran ajenas a ellos, si no que deben observar y sentir la naturaleza. Para que esto ocurra el papel del monitor es fundamental. Este debe estimular la percepción de los visitantes con los cinco sentidos durante el recorrido. ¿Cómo? Dirigiendo la atención y haciendo hincapié en determinados olores, sonidos, colores o formas. De esta forma, el orientador ayuda a los visitantes a interpretar la realidad.
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Fotografía: Carmen Casal.