Bancos para miradores: Galicia para disfrutar del invierno
15/12/2023 | Miradores
por Mikel
Los bancos para miradores piezas de mobiliario que se usan en estos sitios turísticos junto a otros recursos para comodidad de las personas. Permiten pasar el rato, comer un bocadillo, tomar una bebida fría o caliente y hacen que estos emplazamientos sean más acogedores.
La diversificación turística incluye los miradores y estos pueden estar en sitios naturales como las líneas costeras, las montañas o senderos rurales. También se encuentran en parques nacionales como los de Ordesa que son muy famosos y bellos.
Edificios emblemáticos como la Torre 63 de Seúl y el Empire State son ejemplos de sitios magníficos productos por empresas de construcción y arquitectos expertos en estructuras de gran altura.
Ahora bien, con la competencia por lograr sitios altos de todo tipo surge también la necesidad de guiar, informar y alertar al turista sobre todo el sitio que visita. Por eso se hace necesario sistemas de señalética y señalización, mobiliario como bancos para miradores, mesas, así como barandales, ascensores, restaurantes y terrazas adicionales para enriquecer la experiencia.
Este tema es tan diversos y amplio que hay plataformas de observación con monumentos y obras de arte de afamados escultores, lugares maravillosos para explorar ciudades y la naturaleza y hasta polémicos por ser el centro de controversias medioambientales, estéticas y por suicidios que la gente ha cometido lanzándose al vacío. Hoy vamos a explorar los bancos para miradores y los mejores sitios para viajar este invierno.
Bancos para miradores: Galicia para disfrutar del invierno
Esperar una tormenta, un tifón o una gran nevada violenta para ver los paisajes invernales desde las alturas. Pero hay días de frio en los cuales el Océano Atlántico le da cierta imagen característica a las costas y la fuerza de la naturaleza es realmente asombrosa. Estos son 5 lugares en Galicia donde podrás ser testigo seguro de su poderío.
1.- El Alto del Príncipe en Pontevedra
Frente a la costa de la ciudad de Vigo en Pontevedra, las islas Cíes son las que marcan un paso más hacia adelante en el océano Atlántico. Existen numerosas opciones de excursiones, de rutas y senderos al interior de ellas y una vez que el barco atraca en el pequeño puerto.
Este pequeño archipiélago está señalizadas con carteles que muestran los caminos. En los paneles de la caseta de información que está situada dentro de uno de los espacios naturales protegidos más preciados de Galicia arranca el recorrido.
Entre las subidas más populares e impresionantes está la del Alto del Príncipe. Este sendero, de una hora de duración y dificultad baja, asciende hasta un mirador en lo alto de una colina desde donde se puede contemplar la inmensidad azul del Atlántico.
2.- Cabo de Vilán en Camariñas (A Coruña)
Uno de los ejemplos más exquisitos de geografía agreste de Galicia se puede ver en la Costa da Morte. Esta región alta de la provincia da su mejor cara al océano. Subir a este emplazamiento durante el invierno es disfrutar de la belleza invernal. Pero, hay que prestar atención a que no haya temporales y rachas que, muchas veces, obligan a los pescadores a permanecer en tierra.
Esta zona es también el epicentro de historias y leyendas, de naufragios y mares que se comen la osadía del hombre por dominar la naturaleza. Uno de esos lugares con bancos para miradores y un punto remoto desde los que presenciar la furia del mar es el Cabo de Vila y su faro.
En los días de fuertes vientos, las olas remontan las furnas de la costa, sobre todo la de dos Infernos hasta adentrarse en la cala de Arneliña. Queda junto al pueblo Camariñas y está protegida por un pequeño puerto y sirve de punto de partida para multitud de senderos que conducen a la costa.
3.- Faro de Muxía en A Coruña
Llegamos a uno de los emblemas más singulares y luminosos del paisaje marítimo de Galicia. Se trata del faro de Muxía. Los pescadores más viejos que salen a faenar sienten su hogar está más cerca cuando ven su haz de luz en las noches más oscuras.
El saliente más famoso y pedregoso del faro es la Punta da Barca que tiene el faro en la cumbre de uno de sus lados. Junto a este se encuentra el santuario de Nosa Señora da Barca, donde los lugareños se arrodillan ante la imagen sagrada y ruegan por la seguridad de los marineros cuando sale de pesca por varios días.
Asimismo, los familiares de los pescadores fallecidos dejan plegarias y exvotos en Da Barca, un templo de piedra abierto a los elementos en el que hay bancos para miradores y una plazoleta desde donde ver el océano con su belleza impresionante hasta en los días más gélidos del invierno.
Dentro de la bahía, la ciudad y su puerto son seguros. Pintorescas plazas, callejuelas y restaurantes con el mejor pescado y marisco de la región.
4.- Estaca de Bares en A Coruña
En el punto más septentrional de España esta Estaca de Bares que fue declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1933. Desde entonces no ha dejado de sumar títulos de protección de múltiples organizaciones.
En este simbólico enclave confluyen majestuosos los mares Atlántico y Cantábrico. Las rías de Ortigueira y O Barqueiro, así como algunos de los acantilados ciclópeos más espectaculares de la costa norte gallega se divisan desde el faro y el sendero. Este desciende hasta las zonas rocosas azotadas por las olas. Estaca de Bares es también un observatorio especial donde se pueden observar aves migratorias y acuáticas en vuelo desde sus bancos para miradores.
5.- Acantilados de A Capelada en la Serra de Capelada
Los acantilados más altos de España y uno de los más altos de Europa es este. Está situado entre las localidades de Ortigueira y Cedeira, en la Sierra de la Capelada. Aquí, por encima de los seiscientos cincuenta metros, en medio de un bosque de eucaliptos, se encuentran las ruinas de la llamada Vixía Herbeira.
En este sitio hay bancos para miradores en una plaza de piedra cercana a uno de los mayores parques eólicos del norte de la península. Las vistas desde este lugar son asombrosas, sobre todo en días claros y tranquilos. No obstante, debemos extremar la precaución si subimos en días ventosos, ya que las ráfagas de viento pueden ser tan fuertes que tienen el potencial de prácticamente derribarnos.
Foto: Bancos para miradores. Loiba en Ortigueira, A Coruña, Galicia, España por Fernando Rodríguez